Una de las cosas que más llaman la atención de la gastronomía de Cantabria son sus productos del mar. El cantábrico nos regala un gran variedad y calidad de productos gracias a sus aguas frías y cristalinas. El marisco es el máximo protagonista de las mesas.
Y es que en realidad, incluso cuando nos disponemos a comer un plato de carne, siempre hay un entrante que nos recuerda los productos del mar cantábrico, las rabas, el pastel de cabracho… Incluso la tortilla de patata… con bonito. Y aunque, en un principio a alguien de fuera puede chocar, hoy por hoy, cuando estoy en Santander, no concibo tomarme un pincho de tortilla si no es con bonito. Ni perdono las rabas o el pastel de cabracho como aperitivos (sólo nos sustituyo por los choricitos con patatas).
La bahía de Santander es donde se encuentran los mejores ejemplares, aunque, evidentemente se pueden conseguir en toda la costa. Los marisco: almejas, mejillones, muergos, berberechos, nécoras, centollos, percebes, cigalas, langostas, caracolillos, bogavantes, calamares.
Lo calamares son la base de las rabas, que en toda la costa cantábrica alcanzan unos aromas y sabores espectaculares y son el aperitivo más consumido por los cántabros.
Advertencia: Nunca, nunca, nunca, le digáis a un cántabro que a las rabas le echáis limón… Y a los que os ronde alguna pregunta al respecto… Sí, yo lo hice, y aún me hablan, pero me ha costado lo mío y por supuesto, nunca más le echaré limón a las rabas.
El sorropotún o marmita, uno de los platos típicos de la región tiene como ingrediente básico el bonito. Y las sardinas asadas son un plato típico de los puertos de pescadores. La merluza en salsa verde, los maganos encebollaos en su tinta o las almejas a la cazuela, son algunos de los platos cántabros más conocidos.
El cantábrico también nos provee de ricos pescados: lubinas, cabrachos, bocartes, etc… que seguro harán la delicia de la mesa.
Con el cabracho se elabora el paté o pastel de Cabracho del que ya hemos hablado en este blog.